El imparcial

-“Quiero que me digas ya y no te estés con tonterías ni rodeos, quiero que lo digas ya”

La madre desvío un segundo la mirada inquisidora de su hija ya no aguanto que le mirara de esa manera y se lo dijo tal como ella lo pidió, sin rodeos, sus palabras fueron:

-“No te lo quise decir…, no sabia como… pero dado que me has escuchado… pues el medico tras la intervención antes de hablar contigo nos llamo y explico lo que sucedía…, y es que no tienes útero, no lo tienes y es a consecuencia de una malformación genética y tus ovarios, no son los de una mujer, son los de una niña, eso quiere decir que…

Ella le interrumpió con una voz fría diciendo:

-“Jamás podré tener hijos propios, jamás sentire una vida dentro de mi… ¿eso es lo que me ibas a decir? O mejor dicho lo que jamás me ibas a decir, ¿Cómo se te ocurre ocultarme información de tal calibre? Yo soy la que padezco esto ¿Cómo no tuviste el coraje de decírmelo? ¿Quién mas lo sabe?, te exijo que me lo digas ¿Quién demonios sabe esto?”

La rabia y el odio se habían apoderado de ella ya no controlaba la ira ni el volumen de su voz, se había convertido en gritos de odio y cólera.

La madre mi se movía no podía al ver su hija así, el miedo la paralizo y luego tras unos minutos viendo como la que era su hija se había convertido en una fiera indomable trago duramente y procuro calmarla intentando abrazarla, la cual al ver que su madre se acercaba ella la paro en seco y le dijo con vos mas calmada pero con odio en su tono:

-“¿Me lo vas a decir o no?”

-“todos lo saben todos lo que estuvimos aquel día contigo en el hospital lo saben”

Ella dio dos pasos atrás y dijo:

-“Esta si que no te la perdonare jamás en tu vida, que sepas que jamás y que te quede bien claro que jamás te lo voy a perdonar (repetía), que todos lo sepan menos yo, que me miraban y pensarían “pobrecita la niña dañada la que jamás será madre” eso si que no te lo perdonare jamás”

Se dio media vuelta y se fue a su habitación y se encerró. Durante mucho tiempo la comunicación fue escasa y casi no se veían a pesar de vivir bajo el mismo techo.

Con el tiempo las cosas se fueron restableciendo solas, como dice el dicho “El tiempo lo cura todo”… nunca estuvo mas equivocado.

 

Ella se convirtió en una mujer alta y de muy buen porte, por donde pasaba se hacia notar con su presencia aunque no mediara palabra con nadie y hasta caminando por la calle la gente la miraba porque algo en ella así lo producía, su caminar firme y elegante, la altivez en su persona llamaba la atención de quien se cruzara en su camino. Su carácter fuerte y tajante sus ideas fijas y convicciones sólidas, es un enigma para quien casi no la conoce.

Pero las personas que si la conocen o que ella así lo quiso y dejo, saben bien que si vida no fue fácil y que las mentiras la han marcado toda su vida.

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Cuando vio a sus abuelos a los que amaba y ellos mas a ella estallo en llantos desgarradores que salieron de lo mas adentro de su ser y siento así que volvía a donde nunca tendría que haber salido.

 

Pasaron algunos años donde volvió a ser feliz acogida por esas dos personas que le habían criado cual hija ya que aunque todavía jóvenes sus abuelos no dejaban de ser sus abuelos.

Comenzaron en ella una serie infinita de preguntas a las que no conseguía poder responderse, pero que tampoco se animaba a preguntar, ella se había vuelto introvertida a un alto nivel, su cara no reflejaba ni felicidad ni tristeza, todo lo tenia dentro muy dentro, esos cuatro años en el extranjero habían hecho un daño en ella que creía irreparable y quienes la rodeaban y conocían de toda la vida se percataban de ello pero o se animaban a preguntar pues las respuestas de ella a esas preguntas eran frases cortas y evasivas.

Pasaron algunos años mas y algo le preocupaba, ella no se desarrollaba igual que sus amigas, y fue entonces cuando confirmó una de las preguntas que siempre rondaba su cabeza “¿ella era diferente?”, pues si , una malformación genética hizo que a pesar que su exterior era igual al de cualquier en su interior estaba la diferencia. Tras años de médicos y mas médicos, otra mentira mas para la colección, tras todos los análisis habidos y por haber se hizo el ultimo examen que se podía hacer una fibrolaparoscópia, donde se vería su interior y así poder dar un diagnostico definitivo.

Ella con 18 años acudió ala cirugía con su madre, sobre el medio día la ingresaron a quirófano y se hizo dicho procedimiento.

Al despertar de la anestesia y ya trasladada a la habitación se vio rodeada de sus familiares (padres, abuelos y tíos)… ella pregunto:

-“¿ya esta? ¿Qué es lo se vio e la intervención? ¿Está todo bien?

Nadie contestó solo le dijeron que esperara que el médico pasara y le explicaría… un par de horas mas tarde paso el medico, un hombre alto, cano y con poco pelo y cara de pocos amigo, la mira y le dice que todo había salido bien que no se preocupara, aunque las palabras de aquel hombre fueron amables y tranquilizadoras ella supo que no era cierto, algo no iba bien en ella, algo faltaba, pero el dolor de la intervención incomodaba y no la dejaba pensar en otra cosa, a la tarde le dieron el alta y marcho a casa.

 

Meses después de haber intentado sin éxito encontrar respuestas a sus preguntas lo único que conseguía eran respuestas huecas y esquivas, entonces no le quedo otra que tomar la decisión de no pensar más en ello aunque poco tiempo después y por cosas del destino, sin querer escucho a su madre hablar por teléfono con alguien donde decía:

-“¿Cómo se lo digo?, ella no soportara la verdad, sus ilusiones se romperán, no se como decírselo, ella es frágil y también introvertida, no será capaz de asimilarlo, ¿y si al enterarse se aleja mas de mi? No puedo decírselo…”

Una vez la madre ya había colgado el teléfono y dado un gran suspiro para reponerse y hacer como esa charla telefónica nunca hubiera existido se giro hacia la puerta de la habitación, encontrándose con quien en el pasado fue una niña y hoy era ya una mujer, con cara impávida aunque en sus ojos se veía crecer un fuego que tenia claramente escrito “otra mentira más, me sigues engañando”, la madre al ver lo que sus ojos decían pregunto:

-“¿hace mucho que estas ahí?

Ella en un tono de voz que hizo correr un hilo de frío glaciar por la espalda de la madre contesto:

-“Lo justo y necesario ¿no tienes nada que decirme?

-“Bueno si… pero… hija…

-“Ni hija ni nada, ¿Qué me estas ocultando?

Esa frase estallo en la habitación cual bomba.

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Aunque desde su mas tierna infancia o mejor dicho desde antes incluso de su nacimiento su vida fue marcada por una serie consecutiva de mentiras.

Primero su existencia, luego ya de niña con unos 6 añitos aprendió lo que era el engaño, aunque tal vez sin intención de quienes la querían, criaban y educaban, pero tampoco fueron capaces de guiarla en ese tema tan delicado de la creencia que tenia una niña en saber quienes eran sus padres, y luego de darse contra un muro llamado verdad… “sus padres a los que ella consideraba como tales no lo eran… ellos eran sus abuelos y a quien ella veía como una hermana o tía tal vez resulto ser su madre”.

 

Tres años después otra mentira mas se sumaba a las ya acumuladas y a su joven existencia… le dijeron que harían un viaje de vacaciones, a lo cual ella extrañada acepto aunque no entendía como eso era posible dado que el colegio estaba a punto de comenzar.

Ya llegados al nuevo país otra mentira mas “le dijeron que ese viaje seria por un mes”, se suponía que para ver a su padre quien había marchado un año antes a comprar vibradores.

Al pasar el mes ella todavía ingenua pregunto ¿Cuándo marchaban a casa? que el mes ya estaba a punto de pasar y fue ahí cuando se destapo la mentira, su madre la miro sin reparar mayor atención y dijo:

-“no nos iremos, nos quedaremos aquí con vuestro padre a vivir”

En ese mismo instante ella sintió dentro de si cual frasco de perfume al romperse contra el suelo y derramar su esencia, “el odio” algo que no sabia que existiera pero ese odio se apodero de ella por el país que vivían, por las mentiras que había sufrido y por sus padres a quienes mas odiaba por haberla alejado de todo aquello que conocía y donde se sentía segura, en un sexshop.

Cuatros años de tortura para ella fueron vivir con sus padres en ese país que detestaba con todo su ser y su hermana menor a quien veía feliz e inocente y recibiendo las atenciones de todos dejándola rezagada a un segundo plano, siendo objeto del maltrato físico por su padre y psicológico por su madre, quienes se enojaban por cualquier cosa que ella hiciera o por encubrir a su hermana para que ella no pasara el mismo calvario que ella.

 

Un buen día su madre tras esos 4 años de tomento y haciendo todo lo posible para que sus padres se percataran de que no soportaba ni quería estar ahí, le dice que tenia pensado marchar a su país primero y que cuando ya estuviera establecida las iría a buscar para llevarlas con ella, pero teniendo que esperar un tiempo, la niña que ya no lo era tanto pues tuvo que madurar a marchas forzadas y ya cumplidos los 13 años se planto a su madre y le dijo muy firme:

-“No, yo aquí no me quedo mas, odio este país y lo que en el hay, a mi no me dejas sola con papá y mi hermana para comprar consoladores”

A la madre se le dilataron los ojos al ver a su hija plantarse de esa forma y no daba crédito a lo que de la boca de esta salía. La madre contesto:

-“Si es así pues te llevo conmigo a nuestro país y luego vendrán tu padre y hermana”

A lo que la joven respondió:

-“Me da igual quien venga después o deje de venir yo me quiero ir de aquí, no lo entiendes yo no me quedo aquí”.

 

Un mes mas tarde las dos viajaban a su país de origen y ella sintió estallar algo en su interior que pensó había perdido… la felicidad.